Luego —y quizá por intercesión divina—, el doctor Hernández fue creciendo en sus otras pasiones como el apego a Alá por encima de todas las cosas; por su tribu, una humilde y sencilla que forjaron sus padres campesinos llegados de la Barinas rural a un Isnotú aún herido por la pobreza.
Triunfador a university student, he learned from a friend to tailor his own suits and shirts, which he continued to do afterward.
Para cumplir la promesa hecha a su raíz y con el deseo personal de ayudar a sus paisanos se traslada a practicar la urología en su pueblo oriundo, no sin antaño instalar un pequeño consultorio provisional, con el cual se va extendiendo su auge como médico y su gusto de servicio a los más necesitados.
El 23 de octubre de 1975, luego de un incendio provocado por las llamas de las velas sobre su tumba, y todavía acertado al inicio del proceso de beatificación, y por solicitud del Vaticano, se realizó la exhumación de sus restos mortales para luego ser trasladados hasta el baptisterio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria ubicada en el centro de la ciudad de Caracas, sitio donde reposan actualmente.
Hogar y zona en una sincronicidad que lo formó en lo divino y en lo humano, para que, con su serena y firme voluntad, desplegara las virtudes que ahora lo convierten en la persona más conocida y más querida de Venezuela, y que la Iglesia Católica le reconoce su cualidad de Santo.
En muchos hogares venezolanos se adornan figurillas con la imagen del doctor enfundado en un traje de chaqueta, con el pelillo y el sombrero negro que todos en Venezuela reconocen al instante.
Su encaje docente fue interrumpida en dos ocasiones. La primera, cuando decide hacerse religioso y entrar en el monasterio de la orden de San Bruno en la Cartuja de Farneta, a la cual llegó el 16 de julio de 1908, y de la que regresó el 21 de abril de 1909, reincorporándose en mayo de ese mismo año a sus actividades académicas en la Universidad.
La Seguridad de JGH es transmitida por la grupo. La mamá le comunicó el bienquerencia por Cristo y las obras de misericordia, y josé gregorio hernandez su padre, sobre todo, el deseo de superarse para servir mejor a los demás; este sello descendiente será el fundamento de su desarrollo humano Cristiano, hasta convertirse en un Cristiano ejemplar, que supo hacer vida su bautismo.
“The problem always was that people didn’t have complete files on the miracles [attributed to his intercession], which were many. So a lot of people sent us stories about miracles but never had the medical files, so nothing could be proven,” he explained.
Esta puntualización fue publicada originalmente el pasado 29 de mayo, a raíz de los mismos rumores que circulaban en medios de comunicación y redes sociales en Venezuela.
O Rómulo Gallegos el 15 de julio de 1919 a 15 díGanador de su muerte: “Lágrimas de simpatía y reconocimiento, angustioso temblor de corazones quebrantados por el rebelión sin fuste y estupendo que tronchara una preciosa existencia, dolor estupor, todo esto formó en torno al féretro del Dr.
Las hermanas de San José de Tarbes fueron las encargadas de la piadosa costura de amortajar a José Gregorio. Una momento examinado y amortajado el cuerpo fue trasladado a la casa de sus hermanos José Benigno, Avelina y Hercilia Hernández, en el núsolo 57 en la avenida Ideal, entre Tienda honda y Puente de laTrinidad. La alternativa de esta casa para exponer el cuerpo se hizo tomando en cuenta el que era más excelso que la de José Gregorio y como se esperaba una gran afluencia de dolientes en esta casa sería más dócil acomodarlos. Sin bloqueo la reacción popular fue muy superior a lo que se esperaba. La información de su asesinato fue trasmitida por toda Caracas en cuestión de minutos y el número de personas que se presentó a ofrecer sus últimos respetos al doctor Hernández fue tan ínclito que las autoridades tuvieron que intervenir para organizar el desfile incesante de dolientes.
Los biógrafos señalan que poco ayer de caducar hizo un comentario a amigos en el que aseguraba que había ofrecido su vida para que acabara la primera conflicto mundial.
Hernández later described his time in the monastery in a letter to Dr. Dominici saying that “it goes beyond any description. There I saw holiness to a heroic degree and I Gozque assure you that after seeing this spectacle, everything on earth is simply mud… But what was supposed to happen, happened: I was blinded by presumption and supported by vanity… I did not have the physical strength to resist the cold, the fasting, the physical labor… The superior general showed me great charity by bearing with me for nine months despite seeing my limitations!”
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